En los años 60 nació en Inglaterra en el continente europeo y en Estados Unidos un movimiento artístico muy atrevido y llamativo llamado Pop Art. Este estilo se caracteriza por las estampaciones, los gráficos y, sobre todo, los colores.

La inspiración de este estilo de decoración surge de la publicidad de la época, los cómics y de objetos o marcas cotidianas que inspiraron la moda del momento y, a la vez, un estilo de decoración.

Las paredes deben ser las protagonistas en este estilo, debemos inundarlas de color, cuadros, fotos y pósters llenos de simetrías. Las cuadros se pueden utilizar de diferentes tamaños, colores y diseños, lo importante es que den vida a nuestro salón e inspiren nuestra creatividad. En este estilo, la figura femenina es la protagonista, otorgando un toque de glamour al hogar. El objetivo es llamar la atención y que nada de lo que esté decorando nuestro hogar pase desapercibido.

Para conseguir eso precisamente, no pasar desapercibido, la combinación de colores es esencial. Colores brillantes, llamativos, llenos de vida. Colores que contrasten, que choquen con lo tradicional acompañados de un color neutro para buscar el equilibrio final en la composición. Colores como el rosa, fucsia, naranja, verde… son los más comunes en este estilo, son su seña de identidad.

Uno de los materiales para los principales elementos de decoración más utilizados en el estilo Pop Art es el plástico. Los motivos son los siguientes: es moldebale, se puede pintar del color que deseemos sin problema y es un material económico. Pero para los muebles es recomendable usar colores de estilo retro, de esta forma nuestro salón nos trasladará a los años 60.

El actual estilo Pop Art, entremezcla la esencia primordial de este estilo con las formas y materiales más actuales y modernos. Con en Pop Art conseguiremos que todas las visitas que tengamos tengan una opinión sobre nuestro hogar, les gustará mucho, o no tanto, pero seguro que llamará la atención a todos y cada uno de ellos.